jueves, 17 de mayo de 2012

HIDRATACIÓN EN EXPEDICIONES DE MONTAÑA

La Importancia de la Hidratación en expediciones de Montaña

En la montaña, cuando ascendemos (y también descendemos) durante varias horas, escalamos paredes de forma rápida o caminamos mucho tiempo por sus senderos, se origina un mismo efecto en nuestro cuerpo, “sudoración”.





Toda actividad física que hagamos en la montaña, hace aumentar nuestra temperatura interna, por lo que nuestro cuerpo, sabiamente, mediante el sudor consigue una refrigeración perfecta. Pero esto no acaba aquí, porque al seguir ascendiendo, corriendo o escalando el sudor no cesa de producirse, aspecto este que convierte a nuestra sangre en un líquido más viscoso, mermando su posibilidad para llegar en óptimas condiciones a los músculos de cualquier parte de nuestro cuerpo.



Mientras se hace ejercicio, la hidratación es esencial para no comprometer la salud del organismo ni el rendimiento físico. En la montaña es imprescindible beber agua con frecuencia, que se puede conseguir al fundir la nieve o procedente del deshielo. Antes de beberla hay que potabilizarla mediante un sistema de filtros o con pastillas potabilizadoras que se añaden a la cantimplora. Al agua que sirve para la hidratación de los alpinistas se le debe añadir sales minerales para equipararla en componentes a la de consumo.







Aunque no tenga sensación de sed, el alpinista debe beber con regularidad; es adecuado tomar sorbos cada 15 minutos. Las bebidas para deportistas, el té o los zumos son algunas alternativas para ingerir líquidos en la montaña.







Una hidratación insuficiente en momentos de esfuerzo prolongado con sudación importante puede dar lugar a espasmos musculares y calambres, además del consabido malestar neurológico en casos más graves de deshidratación.






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